Debatiendo el futuro, el Nuevo Proyecto de Nación

Por JESUS SOSA CASTRO

Convocados por MORENA, para el debate-conferencia del día 20 de septiembre en Coyoacán, participamos, Luciano Concheiro, yo y desde luego la gente, en torno a lo que entendemos como el Nuevo Proyecto de Nación.

En rigor, el tema no fue ni con mucho, agotado. Ponentes y público, hicimos el esfuerzo por explicar y definir la lucha de millones de mexicanos. Hablamos de la suma de muchas experiencias que se nutren de la mística que imprime y da sentido a la existencia. Hablamos de la crisis económica, social, cultural y política que cruza al sistema, a los partidos, a las iglesias, a las organizaciones sociales. Hablamos de cómo los políticos han ido perdiendo credibilidad, de cómo y por qué se han alejado de las necesidades de la gente, de la urgencia de pasar a un trabajo de recuperación de la memoria histórica, caminar hacia un nuevo proyecto político que implique  la revolución de las conciencias, recuperar el estado de bienestar y acabar con la ideología del logro individual y el hambre. Señalamos la necesidad de hacer efectivo el derecho constitucional a la alimentación, al trabajo, la educación y la salud de nuestro pueblo.

Se abundó sobre la desigualdad social que prevalece en  nuestro país, de la fractura evidente en la armonía y la convivencia de la sociedad y de cómo los gobiernos neoliberales la han llevado a niveles incontrolables de violencia y de irritación.  Coincidimos ponentes y público, en que ha llegado el momento de recuperar la política para ponerla al servicio de un cambio civilizado, verdadero, que devuelva derechos perdidos, establezca nuevas relaciones sociales, se logre un Estado solidario que garantice los derechos de todos, acabe con la injusticia, la corrupción, la inseguridad y la  violencia. Todo esto, dijimos, sólo será posible si logramos la participación mayoritaria de la gente y se favorece la construcción de un nuevo pacto social 

Para lograr estos objetivos requerimos –se dijo- de mucho trabajo de organización y de convencimiento. 

Acordamos someter a debate nacional nuestro Nuevo Proyecto de Nación. Romper el círculo que mantiene la discusión sólo hacia dentro de la izquierda y convocar a todas las fuerzas políticas, sociales, culturales, a los movimientos campesinos, urbanos, a las iglesias y universidades; a que todos conozcamos los proyectos que haya sobre el país y debatirlos con la idea de apoyar, todos, el proyecto que mire hacia la transformación profunda de la sociedad y de sus instituciones.

En el debate ocupó un espacio importante la conducta de los actuales dirigentes del PRD. Se les llamó  a recuperar el liderazgo perdido por sus conductas oportunistas y faltas de sensibilidad. Los militantes de este partido, dijimos, no podemos admitir que nuestro proyecto fundacional, esté siendo tirado al precipicio por un grupo que no ha sabido estar a la altura de las exigencias políticas, de la izquierda y de la nación. 

Necesitamos, para bien del país, que el PRD y sus aliados, recuperen la imagen de fuerzas políticas con proyectos y definiciones   programáticas, ideológicas y políticas, a favor del cambio verdadero. 

Si el oportunismo de los líderes desmontó la mística que le daba respetabilidad política al  PRD, necesita aprovechar la coyuntura actual que vive el país, y al lado del Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, tejer fino para que con el respeto mutuo y sus propias propuestas, podamos incorporarnos todos al rechazo de   las políticas gubernamentales de la derecha decadente, sumisa a los dictados del imperio y convertir a la izquierda en la fuerza que sea capaz de conducir a buen puerto los destinos del país.

Acordamos pedirle a los dirigentes del PRD dejar atrás el oportunismo y sus acercamientos maniqueos hacia la derecha prianista. Este partido tiene la oportunidad inmejorable de trabajar seriamente, por un gran acuerdo nacional que lleve al pueblo al triunfo en el 2012 y hacer de la izquierda una verdadera opción transformadora al servicio de la nación. Es ahora la oportunidad para eliminar la percepción de que el PRD y todos los políticos son iguales de incompetentes y corruptos y  que lo mismo da votar por unos que  por otros.

Esta lamentable confusión tiene raíces y explicaciones que ya es tiempo de aclarar. Es lamentable que la parte mayoritaria de las bases del PRD ya no crean en su dirección y por eso busquen dónde participar por el cambio verdadero. Está bien que éstas se estén incorporándose a MORENA pero lo ideal sería fortalecernos todos, los partidos, los movimientos y las corrientes de pensamiento y construir juntos esa opción plural y democrática, que gane, para el bien de todos, la gran batalla por la trasformación del país.