Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de febrero de 2011, p. 5
Lunes 14 de febrero de 2011, p. 5
Cuautitlán, Méx., 13 de febrero. Andrés Manuel López Obrador se manifestó por que el nuevo dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) sea Lázaro Cárdenas Batel, pues, a su ver, sólo con él se podría retomar el rumbo y enderezar al sol azteca.
Al continuar este domingo su gira de la lealtad, en el estado de México, dijo que le gustaría que Cárdenas Batel dirigiera al perredismo porque los actuales líderes han llevado al sol azteca a favorecer a la derecha del país, con los “acuerdos” que tienen con Felipe Calderón.
“Ya es necesario que se retiren los que están, los actuales dirigentes, porque le han hecho mucho daño al partido”, consideró López Obrador.
Ante la celebración del consejo nacional del PRD, donde se definirá la línea política para 2011 y 2012, el ex candidato presidencial opinó que “hay que ponerse a temblar, porque como tienen los dirigentes del PRD alianzas con Salinas y con Calderón, quién sabe qué van a decidir”.
Durante su gira, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal fue enterado de las declaraciones de Lázaro Cárdenas, efectuadas este domingo en Morelia, sobre su rechazo a dirigir al PRD nacional, por lo que le hizo un llamado a reconsiderar.
López Obrador, acompañado por el aspirante a la gubernatura del estado de México, Alejandro Encinas, visitó primero el municipio de Coacalco, donde se reunió con más de 800 simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Encinas también deploró la determinación de Cárdenas Batel. “Lamento mucho su decisión, porque nos hubiera ayudado mucho, no sólo a resolver un asunto coyuntural en el PRD, sino una crisis muy profunda que venimos arrastrando. Es lamentable, pero habrá que encontrar a alguien que ayude a sumar en un partido que está profundamente dividido”, dijo.
Por otra parte, López Obrador consideró que Hosni Mubarak, el “faraón destituido”, es un “niño de pecho en comparación con Salinas”, quien, dijo, “entregó a sus allegados bienes de la nación y del pueblo de México con un valor de más de 100 mil millones de dólares”.
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