martes, 26 de julio de 2011

México: un marxista leninista y López Obrador


Gabriel Castillo-Herrera.*

 
En días pasados entablaba una álgida —permítaseme usar el término, por la fuerza de la costumbre, aunque el significado de la palabra “álgido” es diametralmente opuesto— discusión con una persona, de la cual no importa el nombre, que se autocalifica como “comunista” y “marxista leninista”. Mi interlocutor afirmó: “Los marxistas leninistas no tenemos dudas: López Obrador es un instrumento de la burguesía en el poder…”.

En la contundencia de la oración está el problema indisoluble de muchos que se pegan en el pecho la etiqueta de “marxistas leninistas” y distan mucho de serlo. Como no se plantean dudas, hacen de sus juicios —que pertenecen al terreno de la subjetividad— dogmas de fe.

Aunque la realidad, terca como suele ser, ha demostrado —y para ello bastaría hacer un recuento de hechos que enumeré a mi oponente en la discusión, y que son del dominio público, que van desde el desafuero del político mexicano, cuando se desempeñaba como Jefe de Gobierno de la ciudad capital mexicana, hasta estas fechas— que López Obrador es por lo menos (y destaco el “por lo menos”) una “piedra en el zapato” del sistema político mexicano, de las instituciones corruptas, de la pequeña y gran burguesía parasitaria del Estado, mi contrincante ("internetiano") insiste en situar a quien fue candidato a la presidencia en el año 2006 y derrotado —en tribunales— por un señor aprendiz de militar llamado Felipe Calderón, en el estatus de “instrumento de la burguesía en el poder” cuando ésta —en contubernio con los poderes institucionales y fácticos— fue quien impidió el ascenso de López Obrador. Y está documentado.

Nuestro “comunista” y “marxista leninista” basa su antilopezobradorismo en argumentos —muy similares a los pregonados por la pequeña burguesía y los señores del gran capital— fincados en el pasado priísta de López Obrador; en que hizo —también en el pasado— un himno al PRI  (aunque para crear un himno se requiere ser músico, cosa que el señalado como autor no es; pero, bueno…) y porque “estuvo en el Grupo San Ángel”. Por tales “pecados” lo condena al patíbulo de la Historia.

¡Menuda perla! (Y aquí lo destacable es que tal juicio —o prejuicio— izquierdoso no es exclusivo de mi oponente en la polémica, sino de un sector más o menos amplio que se considera a sí como “progresista”, “de izquierda” o, como el aludido, “marxista leninista”).

Pregunto: ¿acaso mandarían al paredón a Marx y Engels por su pasado hegeliano de izquierda?, ¿por haber sido, uno, judío antes que ateo?; ¿por haber sido, el otro, administrador de los negocios de su familia (un burgués, ¿no?)? ¿Mandarían guillotinar a Lenin por su “falta de radicalismo” antes de las tesis de abril?, ¿por haber sido socialdemócrata antes que comunista?, ¿por haber defendido el capitalismo monopolista de Estado (sin que ello sea interpretado como error) cuando los demás pregonaban a favor del la “economía socialista”?

¿Colgarían del árbol más cercano a Emiliano Zapata por haber sido caballerango de prohombres del porfiriato? ¿A Benito Juárez porque, a pesar de haber minado el poder de la Iglesia Católica, profesaba una fe?

Pero ellos son contundentes; afirman: “…no tenemos dudas”. Sucede que estos señores no entienden que los seres humanos —y por ende su pensar y su actuar— también son susceptibles de procesos dialécticos. Bueno, sólo el pensamiento y el actuar de quienes sí tienen dudas y, para dilucidarlas, para encontrar la verdad, las someten a la crítica. Ello constituye la simiente del pensamiento científico y del pensamiento marxista leninista (desde luego, engelsiano) verdadero.

Quienes a priori dicen: “no tenemos dudas” no hacen sino anclarse, quedarse estáticos, estacionados en dogmas —igual que la Iglesia Católica— aunque se cuelguen gafetes de “marxistas leninistas”, lleven bajo el brazo el Qué hacer (esperando encontrar recetas para la revolución) y se coloquen en la solapa pins con la hoz y el martillo.
 
Y conste que todo lo anterior no es una diatriba contra el marxismo, sólo contra el “marxismo” (así, entre comillas).

La esencia del marxismo es buscar las verdades en lo concreto, no en el mundo de las ideas ni cerrando los ojos ante lo que es tangible.

* Escritor, artista visual (gabrielcastillo-herrera2.blogspot.com).

martes, 19 de julio de 2011

AMLO descarta hacer de lado a indígenas y campesinos en sus planes de desarrollo

  • No se trata de ir a comprar la tierra y hacerlos a un lado, sino incluirlos en las iniciativas
  • Subraya que el proyecto alternativo de nación puede sacar a México del atraso en que se encuentra

Andrés Manuel López Obrador, además de recorrer el país para exponer sus planes en caso de llegar a la Presidencia, utiliza los tiempos oficiales del Partido de Trabajo en los medios para profundizar los proyectos. La imagen corresponde a una reunión realizada en Guaymas, Sonora. Foto Carlos Ramos Mamahua

Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Martes 19 de julio de 2011, p. 14
 
Andrés Manuel López Obrador aseguró que con el proyecto alternativo de nación se puede sacar a México del atraso en que se encuentra. En su mensaje semanal en tiempos del Partido del Trabajo presentó como ejemplo tres proyectos que servirían para reactivar la economía y generar empleos en el sureste.
Habló de potenciar el turismo en la Riviera Maya, a partir de la construcción de un tren de alta velocidad que abarque Cancún, Chichen Itzá, Mérida, Campeche y Palenque, lo que implicaría erigir un aeropuerto internacional, en esta última ciudad.
El tren, a decir de López Obrador, puede desarrollar hasta 250-300 kilómetros por hora desde el Caribe hasta Palenque, en un tramo de 600 kilómetros que se recorrerían en dos o dos horas y media, para hacer que el turista no vaya por dos, tres, cuatro días nada más por el sol y el mar, sino que conozca la gran riqueza cultural que tenemos en el sureste y en nuestro país.
Otro proyecto es la siembra de un millón de hectáreas de árboles maderables en Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo, para repoblar la selva tropical, frenar la deforestación y dejar de comprar en el extranjero la madera que se consume en México.
Autosuficientes en materia maderera
“Nuestra propuesta es que podamos sembrar cedros, caoba, especies nativas… Con esto estaríamos creando alrededor de 400 mil empleos”, sobre todo para los jóvenes que emigran del sureste por la falta de trabajo, indicó López Obrador.
Un tercer proyecto tiene que ver con el corredor del Istmo de Tehuantepec, para comunicar el Atlántico con el Pacífico, comunicar Asia con la costa este de Estados Unidos, porque “el Canal de Panamá está saturado, y nosotros tenemos esta franja de territorio que es estratégica.
“Estamos hablando de 300 kilómetros… Desde luego va a ser necesario construir dos puertos o rehabilitarlos: Salina Cruz y Coatzacoalcos.” Además, construir una vía de tren de carga, ampliar la carretera que conecta (a esos dos puertos) a cuatro carriles, y en toda esta franja promover la instalación de fábricas de ensamblaje para la elaboración de artículos de consumo. El propósito es que en este corredor se pueda llevar a cabo el ensamblaje para que salga ya la mercancía terminada.
El ex candidato presidencial aseguró que con este tipo de proyectos son para generar mucho empleo en el país, y servirían para atemperar el fenómeno migratorio en el sureste.
Desde luego, aclaró, para ello se tomaría en cuenta a las comunidades indígenas y campesinas, porque no se trata de ir a comprar la tierra y hacerlos a un lado, sino que sean parte de los proyectos, consultarlos, no imponer absolutamente nada.
Indicó que la propuesta implica apuntalar los tres sectores de la economía: el social, el privado y el público.
López Obrador informó que en sus próximos mensajes hablará de más proyectos, como la construcción de refinerías, cómo reactivar la industria de la construcción; cómo lograr la autosuficiencia alimentaria y desde luego hablar más del estado de bienestar que se va a crear, porque –aseveró– sí sabemos lo que se tiene que hacer.